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SITUACIÓN GENERAL

SE VIVE EL 13 DE OCTUBRE DEL 2025

    • SITUACIÓN MUNDIAL

    Al cumplirse un cuarto de este siglo, el mundo está experimentando toda una vorágine de contingencias que manifiestan nuevos desafíos para nuestras sociedades. El avance frenético de nuevos riesgos civilizatorios que comprometen aspectos de distinta naturaleza no hace más que manifestar la vulnerabilidad sistémica a la que están expuestas las comunidades cada vez más interconectadas. Las perturbaciones globales como la escalada de conflictos geopolíticos, la emergencia de amenazas entre otras, no hace más que subrayar la necesidad de una respuesta coordinada y holística a nivel global.

    La irrupción de estos nuevos cambios en el sistema internacional ha ido de la mano con el acelerado proceso de globalización. La globalización implica una expansión de las actividades económicas, políticas y sociales a través de las fronteras; de tal forma, las conexiones transfronterizas no son solo ocasionales o aleatorias, sino que se regularizan produciendo una intensificación de la interconexión, los patrones de interacción y los flujos que trascienden las sociedades y los Estados que constituyen el orden mundial, produciendo una aceleración de las interacciones y procesos mundiales.

    Por otro lado, esta relación simbiótica que se produce en el seno de las nuevas transformaciones globales y las unidades que componen el sistema internacional: sean los Estados y organizaciones de carácter No-gubernamental, implica nuevos desafíos que erosionan y redefinen la primacía de los paradigmas tradicionales sobre seguridad: Paradigmas “Westfaliano” y “Clausewitziano”. Esto porque ambas perspectivas identifican una ontología caracterizada por la representación de un escenario internacional donde priman las relaciones interestatales y el empleo del uso del instrumento militar, exclusivamente por parte de los Estados.

    El fenómeno de la globalización ha cambiado la naturaleza de los conflictos internacionales. En donde, el enfrentamiento ya no se produce únicamente entre Estados, sino que involucra actores no-estatales, gobernanzas transnacionales, economías globales y locales, y estructuras sociales desiguales. Estos procesos y coyunturas van a ser identificados como “Nuevas Guerras”, donde van a primar elementos como la violencia política, el Crimen Organizado Transnacional y los conflictos identitarios.

    En ese sentido, al alero de estas nuevas transformaciones globales, la concepción tradicional sobre la seguridad, caracterizada por la protección de la soberanía estatal, posee grietas que no son capaces de adaptarse a las necesidades de estos nuevos fenómenos. Es ahí donde nuevas concepciones de la seguridad, tales como: Seguridad Humana (Seguridad alimentaria, Seguridad Económica, Seguridad Política, Seguridad Comunitaria) y Seguridad Democrática e, incluso, estrategias de Complejos de Seguridad Regional donde prima la interconexión entre Estados para enfrentar amenazas comunes son útiles para abordar los desafíos presentes para nuestras sociedades.

    • SITUACIÓN REGIONAL (América Latina y el Caribe).

    La inestabilidad política en América Latina ha sido un fenómeno que se ha presentado de manera recurrente, donde el sistema presidencialista entrar en conflicto con el poder legislativo, lo cual conduce a procesos de inestabilidad y problemas interinstitucionales. 

    Esta caracterización de la inestabilidad de las instituciones en América Latina es muy típica de los fenómenos que han tenido lugar en la última década. El caso de Perú, con la reciente remoción de la Presidenta Boluarte, es representativo de estas, lo que viene a sumarse al rechazo del resultado oficial en las últimas elecciones realizadas en Venezuela.

    La crisis que presenta el sistema venezolano también se manifiesta en las continuas fluctuaciones migratorias de población civil dentro de la región latinoamericana, en la presencia militar norteamericana en el Caribe y en la entrega del premio Nobel de la Paz a la opositora María Corina Machado.

    Haití, catalogado por muchos como un estado fallido, ha congregado la atención internacional, estableciéndose las primeras medidas en fin de concurrir, nuevamente, en su ayuda a través de paquetes económicos como también con fuerzas internacionales, en donde Chile jugó, en el pasado, una labor de gran importancia y trascendencia tanto interna como internacional.

    Por su parte, y en general, el tejido social, se ve impactado por problemas de diversa índole en donde la criminalidad juega un papel central y la lucha en su contra, se ubica en las primeras prioridades de la ciudadanía.