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NOTICIA 06

NOTICIA 06 Venezuela en el Centro del Tablero Geopolítico: Movimientos Militares, Alianzas Tensadas y Acusaciones Cruzadas

Caracas, 19 de noviembre de 2025 


La situación en Venezuela ha dejado de ser un fenómeno estrictamente interno para convertirse nuevamente en un foco de tensión hemisférica. Estados Unidos, Argentina, Rusia, Colombia y Brasil han entrado en una fase de declaraciones, maniobras militares y gestos diplomáticos que elevan el nivel de preocupación regional.

Tensión interna en Venezuela alcanza nuevo punto crítico

Los problemas estructurales del país continúan intensificándose. Según reportes de organizaciones independientes:

  • La inflación anual bordearía el trescientos por ciento.
    Persisten fallas eléctricas masivas en Zulia, Mérida y Barinas.
  • La producción petrolera cayó un estimado del catorce por ciento en el último trimestre.

     

A esto se suman denuncias no confirmadas de movimientos militares internos y reubicación de unidades tácticas cercanas a centros energéticos estratégicos.

Estados Unidos: presión política y presencia naval 

Desde septiembre de 2025, Estados Unidos ha desplegado una fuerza naval sin precedentes en el Caribe, encabezada por el portaaviones USS Gerald R. Ford (el portaaviones más grande del mundo, con más de 4.000 marineros, 75 aeronaves y capacidad nuclear), junto con submarinos nucleares y buques de guerra. La operación, llamada “Lanza del Sur”, busca combatir el narcotráfico, pero ha generado tensiones con Venezuela y críticas internacionales por posibles violaciones al derecho internacional. Hasta mediados de noviembre, EE.UU. había bombardeado 21 embarcaciones sospechosas de narcotráfico, con un saldo de más de 80 muertos

Washington acusa a Caracas de refugiar grupos criminales internacionales y de estar facilitando operaciones de minería ilegal vinculadas al crimen organizado.

Un informe de inteligencia estadounidense —filtrado a la prensa y no confirmado oficialmente— indica que se habrían detectado transmisiones encriptadas entre unidades militares venezolanas y actores estatales extrarregionales, algo que aumentó las alarmas en el Departamento de Estado

Argentina apoya la presión internacional sobre Venezuela

El gobierno argentino, en línea con su nuevo enfoque de política exterior, declaró su apoyo diplomático a Estados Unidos en las preocupaciones sobre la situación venezolana.

Fuentes del Ministerio de Defensa argentino señalaron la posibilidad de aportar asistencia técnica y logística si la OEA implementa una misión multilateral de observación o “estabilización preventiva”.

Un documento interno —citado por medios locales— indica que Argentina podría recibir financiamiento y material militar estadounidense, aunque esto no ha sido confirmado oficialmente.

Rusia denuncia “agresiones occidentales” y aumenta cooperación militar con Venezuela 

El Kremlin calificó las acciones estadounidenses como “maniobras de provocación estratégica” y anunció:

  • El envío de un contingente técnico-militar a Caracas para “cooperación en defensa antiaérea”.
  • Ejercicios conjuntos ruso-venezolanos cerca de la base aérea de El Libertador.
  • La posible activación de instalaciones logísticas en Cuba y Nicaragua para apoyar un “puente técnico de mantenimiento”.

     

Medios rusos reportaron —sin verificación independiente— que Moscú estaría dispuesto a reforzar su presencia naval en el Caribe si la situación escala.

Colombia advierte sobre infiltración de grupos irregulares y posible migración masiva 

Bogotá alertó que en los últimos diez días se detectó un incremento del doce por ciento en pasos irregulares en La Guajira y Norte de Santander.

Además, inteligencia colombiana reportó movimientos de células asociadas al ELN y disidencias de las FARC reagrupándose en territorio venezolano, aunque Caracas lo niega categóricamente.

El gobierno colombiano teme que un deterioro agudo en Venezuela pueda generar una ola migratoria de hasta doscientas mil personas en semanas.

Brasil despliega unidades en Roraima y exige “transparencia” a Caracas

El gobierno brasileño ordenó un despliegue disuasivo en zonas fronterizas alegando “prevención ante escenarios de inestabilidad súbita”.

Brasil exige a Caracas:

  • Información sobre movimientos militares en el sur venezolano.
  • Acceso a datos sobre presencia de grupos garimpeiros armados en el Arco Minero del Orinoco.
  • Condiciones humanitarias para comunidades indígenas transfronterizas.

     

Escalada diplomática: bloques en formación

Analistas internacionales observan una polarización creciente:

  • Bloque A (presión): Estados Unidos – Argentina – Colombia – Brasil (con diferentes niveles de involucramiento).
  • Bloque B (apoyo político-militar): Venezuela – Rusia (con potencial respaldo logístico desde Cuba y Nicaragua).

     

Aún no existen indicios de intervención directa, pero sí un claro aumento del riesgo de mala interpretación militar, especialmente con movimientos navales cerca de la costa venezolana.

COLUMNA DE OPINIÓN DE FERNANDO FERNÁNDEZ

Venezuela y el Nuevo Punto de Quiebre Geopolítico del Hemisferio

Por [Fernando Fernández]
19 de noviembre de 2025

La crisis venezolana ha dejado de ser un conflicto interno para convertirse, nuevamente, en un tablero donde actores regionales y extrarregionales reacomodan sus fichas. Lo que estamos presenciando hoy no es solo un deterioro socioeconómico, ni una mera disputa geopolítica: es la convergencia de tensiones acumuladas durante más de una década, ahora amplificadas por errores estratégicos, intereses energéticos y el uso selectivo —y muchas veces irresponsable— de la información.

Un país fracturado que sigue siendo pieza clave

Venezuela es un territorio complejo, saturado de problemas estructurales que cualquier gobierno encontraría difíciles de manejar: caída de la producción petrolera, hiperinflación persistente, colapso de servicios básicos y un tejido social vulnerado por años de migraciones masivas.
Pero más allá del drama humano, hay un punto que no debe perderse de vista: Venezuela sigue teniendo relevancia estratégica para todos los actores. Ya sea por las reservas energéticas, el corredor amazónico o su ubicación geopolítica, es natural que los movimientos internos del país tengan efectos regionales inmediatos.

Estados Unidos y la política de “vigilancia activa”

Washington no ha ocultado su creciente preocupación por las conexiones entre Caracas y actores no estatales, especialmente en torno a la minería ilegal y la presencia de grupos irregulares. El reciente despliegue naval en el Caribe —presentado como ejercicio y acción humanitaria potencial— refleja una política que oscila entre el pragmatismo y la presión.
Es un mensaje claro: Estados Unidos no permitirá un deterioro súbito que altere la estabilidad regional o abra espacio para actores extrarregionales.

Argentina toma posición, y eso reordena el mapa

La postura argentina, alineada con la narrativa estadounidense, representa un cambio significativo en la política exterior del Cono Sur. Aunque su eventual aporte militar o logístico aún es especulativo, el simple hecho de que Buenos Aires esté dispuesto a participar en misiones de observación o estabilización sugiere que una coalición regional podría estar gestándose, algo impensado hace apenas tres años.
Este alineamiento, de confirmarse, alteraría el equilibrio diplomático en América del Sur.

Rusia vuelve al Caribe: símbolo y advertencia

Que Moscú anuncie cooperación militar con Venezuela no sorprende, pero sí inquieta. La presencia técnica rusa en bases venezolanas —real o inflada mediáticamente— es un recordatorio de que la disputa global entre potencias también se juega en el hemisferio occidental.
La sola insinuación de activar nodos logísticos en Cuba y Nicaragua reactiva fantasmas de la Guerra Fría, y coloca a Venezuela como punto de fricción entre esferas de influencia que jamás lograron reconciliarse.

Brasil y Colombia: preocupaciones legítimas, pero también estratégicas

Para ambos países, el problema no es ideológico: es de seguridad fronteriza.
Brasil entiende que cualquier colapso venezolano repercutirá directamente en Roraima, donde sus capacidades humanitarias están al límite. Y Colombia, con décadas de conflicto interno, no puede darse el lujo de permitir que grupos armados se reposicionen bajo la cobertura de la inestabilidad venezolana.

Ambos gobiernos saben que una Venezuela impredecible debilita toda la arquitectura de seguridad sudamericana.

La desinformación como variable multiplicadora

Los reportes no verificados sobre sabotajes energéticos, movimientos militares abruptos o transmisiones encriptadas entre unidades venezolanas y actores externos son parte del ecosistema actual: un espacio donde información, rumor y propaganda se mezclan.
En este contexto, cualquier movimiento malinterpretado podría escalar tensiones que ya están al límite.

La región frente al riesgo de un error de cálculo

El mayor peligro no reside en una intervención directa, sino en la posibilidad de un accidente diplomático o militar:

  • una mala lectura de un movimiento naval,
  • un incidente fronterizo,
  • una filtración manipulada,
  • o un exceso de reacción política.

Venezuela, con su fragilidad interna y su creciente exposición externa, se ha convertido en un punto donde el margen de error es mínimo.

La pregunta no es si Venezuela puede soportar más tensión, sino si la región puede soportar las consecuencias de no actuar con visión estratégica.